La Organización Internacional del Cacao (ICCO) -por sus siglas en inglés-, declaró que el cacao venezolano sobrepasa por mucho todos los estándares globales de excelencia debido a que todo juega a su favor: su genética, su ubicación, el clima, los sabores tan variados que tiene por sí mismo y la pasión de los cultivadores venezolanos de cacao.
La variabilidad genética es la razón principal de que el cacao de Venezuela sea tan especial. Y es que es tan amplia que es difícil encasillar el fruto de todo el país en una sola categoría. Las dos especies más importantes y representativas de ese país son el cacao porcelana y el chuao.
El cacao porcelana es una rara especie de la variedad criolla y crece en la región sur del Lago de Maracaibo. Es una de las especies más buscadas por los productores de chocolates de alta gama debido a que, tras su fermentación, secado y tostado, desarrolla una tormenta de sabores y aromas exclusivos, que no tiene ningún otro cacao del país o del mundo.